Ay de la rosa que
soy.
¿Y hoy me toca
silenciar la
Historia?
¿Otra vez?
-No.
Soy la rosa.
Las trenzas del amor
desatan soles, a veces,
otras,
soledad.
Guardé tu sed
tu avaricia,
qué hago con tanta
nada.
El instante de
dicha es inmortal y
sordo.
El olvido es el
segundo
Pecado
Original.