Te prometo este cuerno infinito de oraciones, debo creer que es posible la Poesía.
Digo: -estoy. El espejo confirma
mi Humanidad urgente.
Quedate en el reposo,
en el hambre imperfecta,
en la espera sedienta hasta
que la carne de tu espejo
vuelva.
Dónde poner la orfandad
de tanta Universal lactancia.
Una margarita blanca asoma sin pretensiones. Comienza el día, es flor pero ella no lo sabe, nunca lo sabrá.
Unimos las manos, pocas, húmedas.Tal vez así hayan sido todos los comienzos.
Las Sirenas le cantaban a Ulises, que muerto de cadenas comprendió que algo de eso era Poesía.
El espejo, voraz, reclama el misterio de la imagen. Tendré que meditar
cuánta Humanidad le presto.