He poblado mi sombra en raudales de luz, y peiné cascadas y cabellos, la cintura de viento fue cintura, ligera, ligera como huella en la arena, tan carnal de tu siembra.
El cáliz duerme de su vino, duerme de cosechas. Aquí vienen las vides como vidas sobrias titubeantes de bocas. Vienen de venir sin sed a engañar deseo.
Parada en mí como un cuaderno en escritura, sustantiva, ilegible y soy más que esta Letra que me empuña.