01 septiembre, 2008

Nací, sé que
nací.
Llegó la puñalada
desde el anverso
de la lengua de
alguien.
Mientras gimoteaba de
leche, la daga
hundía, tímpano
adentro,
el estilete sonoro,
y yo, mordiendo la
única certeza,
me condené
Palabra.

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