10 junio, 2024

Llegaste,

eras ese río extenso golpeando

sigiloso,

llegaste en simetría a mi

momento de cigarras y

nubes de puñales.

En ese arco,

justo en su mitad, una virgen

de carne hacía cataratas,

los iris sigilosos custodiando

todos los costados.

Llegaste con el nombre

abandonado en algún

sueño

y yo entendí esos extravíos.

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