Estoy aquí.
De tu mechón,
amadamente
rubio,
me quedan las mejores
sedas.
Ahora soy una estación de
luces
que comprende y
anuncia.
Soy,
otra vez,
la vertical andanza
de la sombra.
Suelto la barca.
Ya nos llevó,
a vos,
en esa ida,
y viajamos juntos.
Tomo por obsequio
mi regreso.
Desde mi Estación
de Luces
veré siempre
tu Faro de Silencio
y entenderé sus
señales.
1 comentario:
Me encanto. Ese ir y venir entre luces y sorteando las sombras que nos ocultan. Tu poema resplandece, y allí en esa estación de luces otro poeta despierta al brillo de tus poemas.
Gracias por tus mensajes que son arte en tus escritos y que son percibido por artistas que se esconden en un mundo magico al que muy pocos saben disfrutar.
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