Bebo las palabras
que cuelgan de mis labios.
Son pájaro,
migran,
erran.
Si se van
pierdo el primer rostro
de mi alma.
No quiero consagrarlas,
quiero destinarlas,
colgar el milagro
desde los dedos de mi mano
a esta esperanza blanca
que es mi verdadera
voz.
DESAMPARO DE LOS DÍAS. CORREGIDOR.
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