Perdidamente pan,
infinita y
viva,
un mapa sin fin,
una ventana profética
que el espejo no
anuncia.
Él la miraba detrás de
su cuerpo,
el olor de la sed
hospeda,
pide regreso
el azar se la entregó
frágil
inesperada,
el azúcar temblando
el alma cayendo en
simetría
Él, todo Océano.
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