Hablo de la fragilidad
de la rosa
y la nombro,
en todo su destierro
en el sonido absoluto
de la palabra rosa.
Hablo del poder del león
y lo nombro,
en toda su presencia
en el sonido absoluto
de la palabra león.
Y cuando me tengo que
nombrar
me falta el alfabeto
y los ojos que miran
hacia adentro.
Cuando me tengo que nombrar
quisiera que la rosa hablara.
"DESAMPARO DE LOS DÍAS". CORREGIDOR.
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