En esta esfera inevitable
del lenguaje somos
pasajeros,
huéspedes apenas.
Yo quiero de la letra
ese vacío,
ese volcán que me arranque
los cristales,
quiero mi raíz en la hora
del fuego,
y la herrumbre,
el error sin retorno
Nada mío sabría si no toco
esas cenizas.
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