La sangre
la que cayó siempre,
la germinal y naciente
en esta patria de carbón,
de tantas noches oscuras,
yo te recuerdo, Compañero,
los recuerdo a todos
en la secreta y monacal
Memoria que no cesa,
aquí están.
Esta doble sobreviviente
horadada en el tiempo,
con estos brazos, con estas
piernas que no pueden
lo mismo, está con todas las
banderas de la vida para dar
la batalla, como se pueda.
Hoy y siempre.
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