Que vuelva la Palabra,
que hable el miedo
que grite
que blasfeme
que se despierten
tus ángeles,
los míos,
polvo y viento
al viento
Que la maldad y su
Imperio no gobiernen
lo que somos,
lo que hondamente
somos,
aquí, en la palma
de mi mano
en esta paloma
todo el río.
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