Textos desde 2007 a la actualidad.

Brevedades. Que los Trazos sean flechas
como las que arroja el Inconsciente cuando
nos deja arrojados.
..........

Y el infinito Trazo se sigue escribiendo.
Poemas aún sin publicar superan los 2000. Ellos hablan sólo por acá, todavía.

29 junio, 2024

Eva fue dicha, luego

los milenios

esa desobediencia fundó

cada amanecer

Paraísos perdidos,

encontrados

Soltarse y rozar, así los días

del pecado y de la sed.

Ardió como un grano,

entre comillas,

como una gota al sol

En puntillas y entre certezas

regaló ese puñado de

polvo de dios a cada

rincón amarillo

Vivimos del estupor puesto

al costado

por qué no agradecer al

menester del polvo su

tarea de entrega,

por qué no abrir las puertas

que dan a los rincones

a los que no llegan las voces

o los rostros.

Los hijos del verbo

se hunden

echan raíces sin sombra

preguntan a los días

quién sonríe las veintisiete

veces que el solsticio

reclama.

Había quedado bajo el primer

baldecito de esa infancia,

atrapado en el plástico aquel

sobre esas arenas.

Era heredero

era príncipe

No había otra cosa que mar

frente a sus ojos

el tiempo era sólo una ficción

una parte de las horas sin

coronación.

Explicar que el corazón

está arrojado…,-ella lo sabe

y fatiga las aguas hasta

mirarse.

Al fondo de ese fondo late

una luna que cuenta los días

y los años

No hay regresos,

de nada sirve mirar de

reojo los relojes, su amor

pululará para siempre como

un perro sin Alma.

El amor sentado como un palomo

pasan las manos,

pasan las Palabras

pasa un ángel y una sombra

Todos son una nube triste

si no hay quien llegue a

esa cita.

El niño de pan

un cosmos implacable

un cerrojo,

la jura de los Dioses en

horas de ternura olvidada

No habla esa vereda

No habla el diente voraz

Él calla y mira, aprieta

los puños.

Para otros son los abrazos.

El signo es la cornisa diaria

ese borde sin pecho.

Es tarde,

algo salta frente a mí

Preso el río

el deseo puesto

el destino atado a algún instante

y las páginas corriendo

deshojadas.

Octavio me recita entre

las manos.

16 junio, 2024

Ese pan cae sobre

nada,

sobre una hoja que cae

sobre la lumbre.

Era dulce mirarlo

mirarla

mirarte,

como las aguas

como la luz que te dice

todo sería, si tu

fueras.

Llegamos así, con el alma

arrugada, batidos a

duelo con fantasmas,

con la noche sin ojos

Caín vive y tiene

armadura, tiene muertes

de antaño, tiene la muerte

esperando en la punta

de su lanza,

no hay Poesía que lo eleve

ni primavera

ni manos.

Probaría la vieja vida,

esa cuota de eternidad

que sembraste

yéndote

La semilla que funda

cada vez

el viento donde dormía

aquel pájaro

Probaría beber de los ojos

taciturnos,

de la serenidad de aquel

amor, entonces, abriendo

en mi centro el Mundo

de las Palabras,

reanudo el oficio de las

horas, hoy.

En su talón esa piedra que

cae una

y otra vez

No es fruto

no es el siglo rompiendo

su costado,

nadie reclama su

geometría,

esa redondez que evoca

un mundo como esa

piedra que cae

una, otra

otra y

otra

vez.

Era un día de agua, salvo la noche

salvo la sombra

salvo la espera.

El río de polvo se hace oro

rueda  en su amarillo.

Contra la sequía, los dientes

ante el reclamo, los pájaros

Cuántos pedazos, cuánta tierra

Cayendo, como Islas, y nosotros

aquí, buscando el lado inmortal

el costado sin cruz.

Era un blanco roto,

un reloj de alumbrar

vacíos,

un cristal de fuego

era su camino.

Frente a las verdades

él respiraba los pedazos,

la vela encendida

y los astros

La tierra estaba viva,

aún.

10 junio, 2024

Y los que todavía aman?

Adónde van los que

todavía

aman.

El cielo muerde

la breve

cicatriz,

el oficio del aún.

Yo te acaricio, pongo

el mantel,

el viento nos agita

como hojas

Todavía te debo todo

el mar.

A veces soy fiel al horror

que me despierta,

al espeso hachazo.

Quiero viento

quiero verte

quiero el corazón de estar

con vos a pleno,

un día

Jamás una pena,

un nunca

Jamás verte morir desde

la boca, una,

mil veces.

Llegaste,

eras ese río extenso golpeando

sigiloso,

llegaste en simetría a mi

momento de cigarras y

nubes de puñales.

En ese arco,

justo en su mitad, una virgen

de carne hacía cataratas,

los iris sigilosos custodiando

todos los costados.

Llegaste con el nombre

abandonado en algún

sueño

y yo entendí esos extravíos.

Quiero aquella agua,

una copa que sepa a esa

fuente que éramos.

Andar y hablar en ese

oleaje,

aquellos días.

Un do de mí, un do de

Sol, un sol de vos.

Quiero quiero quiero

cómo parar nuestras

vidas en esa foto

eterna,

sin miedo

entre las ramas y el viento

como siempre.

Alguien se anticipa a la sombra

del amor y baja

la lámpara,

es el sitio donde el río tiembla.

Quién tocaba la puerta,

en qué historia de sal y piedras

los cuerpos quedan abandonados

a esa pampa red.

05 junio, 2024

Muestra tu paz

el cristal de tu cuna

el dolor siniestro partido

en una llaga,

tus costados olvidados

la esdrújula del fondo

que te empuja

Dejarás toda la púrpura

y el tedio,

el anillo

la heredad

Presiento que llorábamos

por voces que no

son,-Alma perdida.

Volvíó sin lámpara

sin espinas,

escondió la mañana entre

los labios,

ese instante.

A verter los bienes y los

males, -se dijo, y

arrancaba una a una

sus espinas,

no eran nubes

no eran rosales

era un vino de rosas

un sol buscando su

fondo.

Me enciendo igual en esta

desolación, como sea

no hay pretexto,

será belleza.

Eso que habla aquí

aquí, en el centro de

tu centro, en el primer

terruño

Prisa y ausencia.

Un ruiseñor para ese

olvido,

para este libro sin

páginas

Toda esta púrpura,

sus batallas y

sus manos

Cómplices en ese combate

apagando un fuego

ya extinguido,

mientras ese ruiseñor seguía

cantando.

Donde el mundo deja sus ruidos

y sus alondras,

en esa zona indecente,

en el intervalo mismo

acá, entre las manos

acá tan acá como

un comienzo

como todo el Universo

sin Lenguaje ni poder

con una sola certeza,

la sombra.