LosTrazos.
la rosa del medio,
Con este vino te derramo
hambre en las manos
y te esculpo
El aire te sostiene
soy tu paloma
soy tu mar.
Subí, subí la apuesta,
no hay sombra, hay saber oculto
y ese es el Texto.
Viene de algún verde como
la tinta verde,
a romper el origen, a llorar
su tiempo.
encendidos,
fuego que no desvanece
rumor
acoso de pájaros,
algo de Dios
-Aquí Señor, escribo a tus pies
entre el silencio y el silencio
y soy arena.
Un río de voz derramado
algún te quiero entre otros orgullos
Sabrá la noche cómo es la coraza
germinal
la herida que es amar
un Dios entre los ojos y esta boca.
Amarte del lado de Dios o del río
ser tu estrofa o beberte en soledad
Vuela mejor tu nombre de mi lado
sin pena, como si fuera
lluvia o Poema
Esta tempestad es todo vuelo
aquí, en el centro del cristal.
Rompe el fruto
el error del espejo dicta lo exquisito,
esa belleza laboriosa insiste,
hay agua y quemadura de tierra que no muere
hay hambre de bailar y un infierno detrás,
las bambalinas de una fiesta duelen.
Al alcance de su mano, ese color,
queda darle el polvo al día
esa llaga animal.
Entre el acto y el Poema hay
un pájaro
una flecha sin raíces
un vacío encendido
Cada noche muere un océano
en mi umbral
Cada madrugada su sal se hace
Palabra.
Soy la espiga
Soy el colibrí
Soy el agua
Soy el cuerpo convocado al camino
Voy cargada de bocas
Paso y arde mi huella
ardo en ella
Seré cautiva de la Palabra
del Amor
Siempre.
Los pájaros frente a los duraznos
fueron ayer.
Un cristal al viento
susurra,
nadie traduce
Las aguas rotas corren en silencio
la hiedra hace su sombra sola
Ayer el mar era una Iglesia
hoy nadie bebe en esos
parajes
hay luna de piedra.
No confunde cicatriz
con intemperie
huele en la piedra y en
la sombra
los puños contra el muro,
dispara hojas día por día,
incansable,
canta la transparencia
la misma muerte,
ese pájaro.
La tarea es la vendimia
los pies húmedos
la vid, el vino
las bocas que sí, las bocas que no
Esta tarde, esta, no otra
en la que digo,-el sol se pone,
y vos me escuchás es la tarea.
Tempranos sobrevivientes
Vino de esa tempestad,
de ese río,
otros vinieron en ese viaje.
Algunos se miraban los
vestigios,
ella, tan reciente, lo entendió
después, a la hora de mirarse los
costados y los días.
Había que elegir,
comulgó con la vida.
Pronto será agua
un alias de sí
busca su carne en plena transparencia
con las uñas clavadas en la sombra
La luna contra los cinco mares.
Ella giraba y giraba
nada la detenía,
giraba,
el viento
seguía sucediendo,
hasta que topó con la rosa,
entonces: -quédate conmigo,
le dijo.
Quiero golpear el Poema con mis puños
hasta que sea del siglo
y de mi alma
quiere golpearme el Poema
y eso es Dios.