LosTrazos.
Ese texto, ese mar sin balance
esa llave
Cabemos en todas las horas
en el pronombre destinado.
Cada Palabra es un apenas desnudo,
un poco de lo hablado,
las iniciales.
Traducir esa Lírica de borde
y sus heridas,
vamos con el hambre de
un recién nacido,
vamos al muslo de la vida para
seguir pariendo.
Al fondo fondo, al abismo
y Madrid al final,
esa roca,
tu nombre.
Un soplo en el origen precipita el acto,
desenlaza,
levanta su espada de dientes
sin veranos
ni aguas.
Una mitad ruge como huesos
y sudor de barco,
la otra, entre Palabras, inventa
un Lenguaje,
y te obsequia un huracán de soles
a la hora de la espiga,
del azar.
La Letra se desuella en plena lírica
queda la noche
la extensión
una campana perdida
un Universo herido
Algo gira en su órbita y se consume,
los cuerpos, a veces, frente a la noche,
el viento,
tantos nosotros en una sola voz.
Quién nombra al Mundo cuando cruje
y la basura desagota
Adónde se guardan la guarda
y sus ausencias
Quién limpia la cara de los pozos,
y se ofrenda,
una vez
un minuto
a la hora en que la hora es hoy
es ahora.
Arranco las violetas
una a
una,
cabalgo sobre mi vestido
Soy ese fulgor que rapta
al abatido,
silbo sobre nidos
sobre escobas
entre mis manos te alojo
En tiempos destemplados, la miel
impura es más que
esa violeta.
Se vuelve de una hoja
del aire
no de la tierra.
Queda la Obra
las manos que cincelan
el origen de la historia
la geografía entre la voz
y cada silencio.
No cesa de decir sed y sombra
no entiende del venado o de la especie,
nos cabalga por encima
El regocijo de la voces
el nido estrujado
la salvación
Aquiles doblando una lanza
Esa Odisea como una llaga es Arte
es Milagro.
Y enfrente, las Palabras
habitadas
deshabitadas
Un hilo parte el Mundo,
ahora hay que añadir una noción
una Obra
la inutilidad de los signos
hasta que queden sólo
barcos
partiendo.
Profunda y grave como una Leyenda
en una misma boca,
esa vieja Poesía que nos clava
en el uno vertical.
He aquí la materia, impura
especular
gramática,
la vida haciendo su evitación
Una recta que no rima, se llueve
y se implica hasta ser objeto
y fruto
Alguien pregunta por su prosa
-nadie contesta
Es una ausencia, una carnalidad
que insiste en todas sus maneras
verbales.
Un intervalo, la violeta otra vez
el hechizo del cristal
Un Poeta busca el sonido,
en la espera,
en ese preciso silencio
está el Poema.
El gran lector es Dios,-decía con la lanza
clavada entre los dedos y las letras
cayendo
una
a una.
No se ignora la Lengua,
ella nos
atropella.
La potencia de la imperfección
un número de acierto
esa alquimia del equívoco
que insiste,
tanta desmesura en el vientre
de la especie
Y acá, esperando como un nido,
ese anillo de voces que se
funden y nos hacen
invencibles.
Ahora que hay puertos y llegadas,
un tal vez el día,
toneles de mar haciendo manos
en tus manos
Ahora que el amor espera, escarlata,
la Palabra atropella cartas
y labios,
ahora que el invierno hace
su guerrilla de ternura
Ahora.
Nunca el olvido curó la herida,
entre las costuras habrá un
sollozo
una carne sin dientes,
un párpado juntando las mitades,
las manos haciéndose puñales
en simetría.
No duerme el verano en esos
bordes,
hay ahí un invierno,
un Poema pegado, sigiloso
y líquido..