Acá no hay herrumbre,
hay espesura
en combate.
En su garganta
azabache duerme la
primera noche, y se
engendra
como un cristal
como un roble,
canta
Un papel quemado
en sangre vuela,
busca la cima
hace ojo en el centro
del vértigo
Tanta sombra al
galope
Un impío
encendiendo velas
en el aire
un Dios de hueso y
carne haciéndose
pájaro contra el
viento.