Con esa intuición especial que a veces me ilumina, entro de puntillas sin hacer ruido al final que es el principio de tu página. Ese semillero de ilusiones que nos hace vivir y mirar el futuro con ilusión, aunque tan solo sea ingenua, pero al fin ilusión. La vida es un milagro Virginia....desde aquí te contesto a tu pregunta...el lunes pasado un accidente estúpido estuvo por milímetros a punto de acabar con mis días, salí incólume y aún no puedo creermelo, cuando volví a mi finca Zuhaitz-Ondoan (entre árboles en vasco, figura en todas mis poesías) lugar en el que escribo, todo me parecía distinto, como si hubiera despertado de un sueño y viera todo por primera vez. Amaba inmensamente a mis palomas, mis tórtolas, las ardillas que corretean por los pinos, los lagartos (especie protegida) que habitan en ella, mis cinco pastores alemanes, a mis amigos a los que llamaba como si volviera de otro mundo, y ahora a tí que no hubieras sabido nunca más de este extraño y lejano amigo... Hoy según tus palabras deseo equivocar al silencio, en la lengua virtual de mi ordenador, que permite el milagro de llegar a tu corazón, de llenar el vacío de las palabras uniéndolas y dándoles el sentido trascendental que deseo en estos momentos...Hacía pocos días antes, que había escrito en mi blog un homenaje a la amistad...hoy deseo que nuestra amistad no sea el fútil feed-back de alabanzas y parabienes que como la pelota de tenis, va y viene hasta que sale de la pista...un sincero y fuerte abrazo, sabes que tu poesía me llega a lo hondo, en esa semiótica como dices tú tan especial que te llega o en otros casos pasa distante de ti ajena al mundo de tu comprensión y sensibilidad....desde azpeitia
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Con esa intuición especial que a veces me ilumina, entro de puntillas sin hacer ruido al final que es el principio de tu página.
Ese semillero de ilusiones que nos hace vivir y mirar el futuro con ilusión, aunque tan solo sea ingenua, pero al fin ilusión.
La vida es un milagro Virginia....desde aquí te contesto a tu pregunta...el lunes pasado un accidente estúpido estuvo por milímetros a punto de acabar con mis días, salí incólume y aún no puedo creermelo, cuando volví a mi finca Zuhaitz-Ondoan (entre árboles en vasco, figura en todas mis poesías) lugar en el que escribo, todo me parecía distinto, como si hubiera despertado de un sueño y viera todo por primera vez. Amaba inmensamente a mis palomas, mis tórtolas, las ardillas que corretean por los pinos, los lagartos (especie protegida) que habitan en ella, mis cinco pastores alemanes, a mis amigos a los que llamaba como si volviera de otro mundo, y ahora a tí que no hubieras sabido nunca más de este extraño y lejano amigo...
Hoy según tus palabras deseo equivocar al silencio, en la lengua virtual de mi ordenador, que permite el milagro de llegar a tu corazón, de llenar el vacío de las palabras uniéndolas y dándoles el sentido trascendental que deseo en estos momentos...Hacía pocos días antes, que había escrito en mi blog un homenaje a la amistad...hoy deseo que nuestra amistad no sea el fútil feed-back de alabanzas y parabienes que como la pelota de tenis, va y viene hasta que sale de la pista...un sincero y fuerte abrazo, sabes que tu poesía me llega a lo hondo, en esa semiótica como dices tú tan especial que te llega o en otros casos pasa distante de ti ajena al mundo de tu comprensión y sensibilidad....desde azpeitia
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