Quién se adueñó del azul
de la gloria
de la lluvia,
Quién abraza doliente
su nombre.
Quién dijo que en la fuente
de esa calle se bañó
el último Dios,
quién que allí nacieron
un abismo
y una luna.
En Banjul las Palabras pactaron
con el barro
y todo fue una fundación.
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