Dame tus aguas, esa flor
ronca,
grita tus días y tus ríos,
acá, en medio
de la noche
Yo tengo mis huracanes
mis sigilosos te quiero.
Hay una frazada partida
Una espina sobre
el Mundo.
Entre las manos y el mar,
el tiempo,
pulsando,
creando calendarios.
Se va el invierno pero
queda merendando
entre mis palmas
-Amor, yo te escucho
todavía,
la muerte es sólo madera
levantada,
hay que barrer magnolias
levantar tejados
En esta región es la violeta
la que siempre me dice,
-él te ama, y yo le creo
cada septiembre.